martes, 16 de noviembre de 2010

El sueño de la vivienda en cuentagotas.

Plan Juntos El gobierno mantiene silencio sobre su lanzamiento, previsto para diciembre Los beneficiarios se ilusionan con los primeros avances pero otros vecinos se bajan del proyecto.

En los últimos dos meses, el barrio 1° de Mayo, donde interviene el plan Juntos, cambió visiblemente: se hicieron calles y se comenzó a construir una escuela. Pero desde el gobierno hay hermetismo sobre las características del plan.
Lo que se conoce del plan, en cuanto a financiamiento, es que la ley de presupuesto le asigna en el artículo 720 una partida anual de $ 105 millones (poco más de US$ 5 millones) para "gastos de funcionamiento y de inversión". Pero es poco creíble que sólo con ese dinero se pueda solucionar la situación de precariedad habitacional de 50.000 personas, como se estipuló cuando se decretó la emergencia de vivienda.
Por ahora el plan cuenta con el dinero que dona el presidente Mujica, que destina el 70% de su sueldo al plan, y que por el momento ha aportado unos US$ 65.000, según informó Búsqueda este jueves.
A fines de mayo, Breccia había comentado que el gobierno esperaba financiar gran parte del plan a través de la solidaridad de la gente. El plan se costearía con la venta de propiedades del Estado, y con "el dinero que la gente deposite en las cuentas que ya están abiertas, y una cantidad de dinero que es el equivalente al esfuerzo que se pretende que haga mucha gente en horas de trabajo", según dijo Breccia.
El resto de la información sobre las acciones del plan hasta el momento, son fragmentarias y parciales. Por ejemplo, existen cinco brigadas de voluntarios en Montevideo, una de las cuales tiene más de 100 personas y trabaja en el Cerro. Pero no todo el trabajo puede ser hecho por voluntarios. Según Alejandro Maidana, pro secretario general de Fucvam, que está a cargo del apoyo que da Fucvam en el 1° de Mayo, "es evidente que se van a necesitar personas que den un esfuerzo más grande, que esté todos los días metidos y organizando".
Antes de fin de año Mujica y Breccia harán el lanzamiento oficial del plan, mostrando los avances en el asentamiento 1° de Mayo y los trabajos de realojo de un asentamiento en la zona del Cerro.
En el barrio. Hace unos meses, acudimos al asentamiento 1° de Mayo, en Casavalle, donde habían comenzado algunas acciones del plan Juntos. La comisión del barrio había recibido materiales del gobierno y el asesoramiento técnico para construir bloques, y unas doce familias se habían sumado al esfuerzo para mejorar su vivienda.
Esta semana, el asentamiento lucía cambiado. El Ministerio de Transporte sustituyó nueve precarias calles de tierra por calles de pedregullo, una de las cuales comunica al barrio de punta a punta. Antes, una cañada aislaba al sector más pobre del asentamiento.
En un gran terreno vacío comenzó la construcción de una escuela de tiempo completo, que estaba planificada desde hace seis años. En esa área vacía también se preparó el terreno para levantar un nuevo centro comunal, y este fin de semana planeaban realizar una actividad importante en el lugar, con 50 voluntarios de Un Techo Para Mi País, unos 30 oficiales de Fucvam y gente del barrio, para tener listo el piso del centro comunal.
El centro tendrá dos vestuarios, duchas, cocina y un gran salón común. También pavimentarán un terreno para hacer una cancha de basquetbol y multiuso, y crearán una cancha de fútbol.
Además, unas 22 familias comenzaron a construir su casa de bloques y piso de cemento. Por ahora, ninguna está terminada y alguna quedó en suspenso.
En el 1° de Mayo viven 139 familias, según un censo realizado por los voluntarios de Un Techo Para Mi País. La mayoría de las casas son las de madera de Un Techo (que construyó en los últimos años 70 viviendas), o precarios refugios de madera o chapa. El terreno, delimitado por las calles Capitán Tula, Los Cerrillos, Domingo Arena y Los Sauces, está atravesado por una cañada que inunda los terrenos aledaños cuando llueve.
Si bien las familias solo tienen que aportar su trabajo para acceder a los materiales de construcción, la adhesión al plan no ha sido inmediata. En un momento trabajaron unas 60 familias, pero hoy son muchas menos.
Semanas atrás, el plan contrató a tres obreros de la construcción en seguro de paro para trabajar en el asentamiento, pero fue una mala experiencia. "En vez de sumar, vinieron a restar", afirmó Juan Pereyra, líder barrial de las actividades del Plan Juntos en el 1° de Mayo. "Cuando llegaron estas personas contratadas lo primero que hicieron fue romper todas las paredes que habíamos construido", señaló Juan en la casa de Javier, que había comenzado a construir meses atrás. "Si algo está mal hecho está bien que rompan, pero si las cosas se vienen haciendo medianamente bien, es difícil para nosotros que vengan de afuera a decirnos cómo se hacen", dijo Juan. "En vez de hacerse amigos del barrio, se hicieron enemigos", comentó. A pedido de la comisión del barrio el plan retiró a los obreros contratados.
Según Maidana, de Fucvam, "todo va en la forma en que se dé la ayuda mutua, en el trato con la gente. Acá hay que ser más docente, no es lo mismo ser capataz en una obra común y silvestre que ir a enseñarle a la gente común cómo se hacen las cosas".
El plan en el 1° de Mayo funciona con el apoyo de Fucvam y de técnicos y profesionales del plan (un arquitecto y una asistente social).
El rol de Fucvam es "de organización", según Maidana, y de formación. Por el momento, enseñaron a hacer bloques, losetas y a nivelar; y algunas personas del barrio ya están en condiciones de enseñar estas habilidades a otros.
Según Maidana, la tarea de Fucvam "no es sólo levantar paredes". También se dedican a "dar herramientas de cómo se funciona en grupo, enseñar cómo es una asamblea, qué es una comisión de fomento", indicó. "Se trabaja mucho también el tema del afecto y el compañerismo", señaló.
Para Maidana, "se dan muchísimas cosas más ricas que el tema de la vivienda".
Plan de vivienda para 50.000
El 24 de mayo el presidente José Mujica aprobó un decreto estableciendo la "emergencia habitacional" y creó el Plan Juntos, para atender a 50.000 personas que se estima están viviendo en las peores condiciones sociales y de vivienda.
El decreto creó una comisión para dirigir el Plan Juntos, que funciona en el ámbito de la Presidencia y está integrada por el arquitecto y ex decano de la Facultad de Arquitectura, Carlos Acuña, el ex director del Programa de Integración de Asentamientos Irregulares, Ricardo Muttoni, que representa al Ministerio de Vivienda, y la asistente social Delia Soria, directora nacional de Integración Social del Ministerio de Desarrollo Social (Mides).
En Presidencia también funciona una oficina del Plan Juntos que emplea a unas 15 personas.
El Mides participará del Plan Juntos, por ejemplo, tramitando la cédula de identidad a las personas que no la tengan, o incluyendo a menores que no estén en los planes de asignaciones familiares, por ejemplo.
Las acciones ya comenzaron en varios territorios de la capital y del interior. Actualmente el gobierno no quiere revelar más información sobre las actividades que se realizan en este campo. Afirman que el lanzamiento del plan será antes de fin de año.
La Federación Uruguaya de Cooperativas de Vivienda por Ayuda mutua (Fucvam) participa del Plan Juntos activamente, brindando apoyo en la organización de las actividades.
Además, Fucvam ofreció al plan una bloquera que puede producir hasta 4.000 bloques diarios.
También participan brigadas de voluntarios. En Montevideo, hay cinco grupos diferentes.
El Plan Juntos pretende asistir a la población con carencias extremas tanto habitacionales como sociales.
La manera de participar del plan en los barrios en que se ha instalado es por ayuda mutua: los habitantes trabajan en la autoconstrucción y ayudando a otros, y se les computan las horas de trabajo realizadas.
En Uruguay, alrededor de 200.000 personas viven en asentamientos.
Según el presidente José Mujica, son 100.000 las personas que en el país están en condiciones de emergencia socio-habitacional.
Mujica dona el 70% de su sueldo como presidente de la República para el Plan Juntos. Hasta el momento, lleva entregado unos US$ 65.000. Por ahora, es la principal fuente de financiamiento que tiene este plan, al menos hasta que entre a regir el presupuesto.

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