lunes, 1 de marzo de 2010

En 2009. Aumentó la cantidad de ventas y subieron los precios

Alquileres crecen por encima del promedio de precios.

En tanto el índice del precio medio del metro cuadrado de las compraventas registradas en el trimestre móvil octubre-­diciembre 2009 con respecto al trimestre anterior, bajó un -3,92 por ciento medido en pesos y subió 1,45 por ciento medido en dólares. Desde 2008, el precio medio del metro cuadrado de las compraventas en Montevideo creció 12,56% en pesos y 17,15% en dólares.
Los índices de precio medio del metro cuadrado reflejan la evolución de los precios en moneda nacional y en dólares que se pagan en Montevideo por la compraventa de propiedades en el régimen de propiedad horizontal.
Si se observan las variaciones del índice del precio medio del metro cuadrado de las compraventas registradas en el trimestre móvil noviembre 2004 ­enero 2005, tomando como base 1999, el aumento había sido de 8,84%.
Esto significa que el promedio del metro cuadrado de las compraventas creció mucho más rápido en el último año pasado que en el quinquenio 1999­2005. Ello significa que el sector inmobiliario se ha visto dinamizado, pero en contrapartida los precios han subido con más vértigo aunque por debajo del Indice de Precios al Consumo.
El promedio de los alquileres en Montevideo, según el INE, es de $ 4.946. Sin embargo en la Costa de Oro el alquiler promedio llegó a $ 5.906 y en Maldonado a $ 5.940, llegando en la ciudad de Maldonado a $ 6.211, alrededor de $ 1.000 más que en la capital, es decir un 25% por encima del promedio capitalino.
En Montevideo el barrio más caro es Punta Carretas con un alquiler promedio de $ 7.681, mientras que el promedio más bajo se encuentra en Manga con $ 2.779.
La senadora Lucía Topolansky,, fijó como prioridad el déficit de viviendas y por eso anunció que impulsará una ley de emergencia en ese rubro.
Topolansky dijo que su máxima prioridad es una nueva ley de vivienda que permita resolver el acceso a la misma. La esposa del presidente electo, José Mujica, dijo que según algunas cifras el déficit de viviendas en el país llega a 80.000 pero según otros datos puede llegar a 100.000.
El actual ministro de Vivienda, Carlos Colacce, había expresado la voluntad de llegar a las 45 mil soluciones habitacionales, por distintas vías, durante el actual período de gobierno, lo cual superaría en 17 mil viviendas al período 1990­1995 y solo se vería levemente aventajado por el período de gobierno de 1995­2000. Si embargo Colacce señaló que el tipo de viviendas que se construían en esa época, los Núcleos Básicos Evolutivos generaron muchas dificultades de sustentabilidad social, debido a que se ubicaban alejados de los centros urbanos sin la infraestructura necesaria. Además Colacce había criticado que los montos ejecutados eran en su mayoría con fuertes créditos hipotecarios, lo cual llevó al Banco Hipotecario a una situación caótica que le generó importantes pérdidas a todo el país. Llevó varios años la reestructura del BHU para poder volver a ofrecer créditos para vivienda y reactivar su funcionamiento, cuando era un banco que técnicamente estaba quebrado por la mala gestión de los anteriores gobiernos.
Las 45 mil viviendas que se construirán durante esta administración no están bajo la órbita del BHU.
El presidente electo, José Mujica, ha planteado que el problema de la vivienda tiene franjas. "Uruguay no va a atender el problema de los asentamientos por la vía empresarial clásica, no tiene recursos para eso. Y si lo agarramos con el criterio clásico, vamos a ir solucionando problemas y van a ir apareciendo problemas aún más grandes. Eso es casi una ley del mundo entero y no se cambia de afuera, se cambia de adentro, hay que meterse adentro, salvo donde hay bañados, donde se inunda; allí la sociedad tiene que desplegar fuerzas que tiene desperdiciadas", dijo. Para ello Mujica ha planteado recurrir a la mano de obra de los presos, de las Fuerzas Armadas y del trabajo voluntario, además de apelar al sistema empresarial.
Mujica destacó además que según un estudio, el 12% de los montevideanos vive en asentamientos. El 62% de los trabajadores de la industria también viven en esas condiciones y por tanto la vivienda es tema de atención urgente. Hay que darle prioridad a la habilitación de soluciones habitacionales para los sectores de menores recursos, señaló Mujica.
El presidente de la Cámara de la Construcción del Uruguay (CCU), Ignacio Otegui, coincide con que hay que darle una pronta solución a este tema porque "es una bomba de tiempo".
En octubre de 2004, varias organizaciones sociales presentaron en la sede de AEBU una propuesta de Plan de Vivienda para el actual período de gobierno. La propuesta impulsada por AEBU, Fecovo, Fucvam, Sunca y el Movimiento "Tacurú" fue comentada por un panel del que formaron parte el decano de la Facultad de Arquitectura, arquitecto Salvador Schelotto, el presidente de la Sociedad de Arquitectos, arquitecto José Luis Oliver, y representantes de partidos políticos: el ingeniero Jorge Brovetto y el escribano Daniel Olesker por el Frente Amplio y el arquitecto Guillermo Rey por el Partido Nacional. Aunque también fueron invitados, no concurrieron representantes de los partidos Colorado e Independiente.
El trabajo había llevado más de dos años. La convocatoria fue hecha por la Universidad de la República a formar una Comisión Social Consultiva para discutir y realizar propuestas sobre los principales problemas del país. Una de las Mesas de dicha Comisión (de la que participaban también la Cámara de la Construcción, la Sociedad de Arquitectos y otras organizaciones) se abocó a elaborar una propuesta de Plan de Vivienda, habiendo acordado los objetivos y líneas de acción a seguir.
El diagnóstico de aquel planteo señalaba que existía en el país un déficit absoluto de más de sesenta mil viviendas, cifra que ha variado muy poco en los últimos cuarenta años. Pero además, el stock existente presenta importantes carencias (de servicios, áreas y calidad), por lo cual resulta imperioso además de construir viviendas, actuar mejorando, complementando y manteniendo ese stock.
En materia de recursos, la propuesta se apoyaba en el reintegro al Fondo Nacional de Vivienda (Fonavi) del 2% del Impuesto a los Sueldos (o de una cantidad equivalente de su eventual sustitutivo), así como la colocación de bonos o títulos de vivienda, que contarían con la doble garantía del propio Fonavi y de la hipoteca sobre lo que con ellos se construyera. De esta manera se estimaba que se podría llegar a la construcción de 48.000 nuevas unidades en el quinquenio, lo que generaría, sólo en puestos de trabajo en la construcción, 30.000 plazas.

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