Por fuera parece una casa normal, con puertas, ventanas o escaleras. Pero en realidad es una vivienda capaz de resistir vientos de hasta 300 kilómetros por hora sin sufrir daños, es decir que sería la primera casa del mundo a prueba de casi todo.
Es la casa anti-huracanes que esta semana fue presentada en México, y que de acuerdo con sus diseñadores es una alternativa para evitar decenas de muertes por el embate de los ciclones. El nuevo modelo está hecho de acero cubierto de concreto, y en su construcción fue utilizada tecnología similar a la de algunos de los edificios más altos del mundo, como la Torre 101 de Taipei, según dijo su diseñador, Federico Martínez, en conversación con BBC Mundo. La casa anti-huracanes también resiste inundaciones y avalanchas. Su costo es de unos U$S 25.000, similar a una vivienda pequeña en México. "Los ciclones no la destruyen y no podrán matar a las familias", aseguró Martínez. De acuerdo con datos oficiales, cada año el país enfrenta por lo menos cuatro huracanes de gran intensidad, que causan daños en las costas y montañas de 14 estados. El prototipo fue construido por el Instituto Politécnico Nacional (IPN), una de las universidades públicas más grandes de México, con fondos del Consejo Nacional de Ciencia y Tecnología (Conacyt). Las casas miden en promedio 42 metros cuadrados, pero pueden ampliarse tanto como sea necesario. Se trata de varias placas de acero unidas con tornillos y cubiertas con concreto. El conjunto es anclado al suelo para evitar que el viento levante la casa. También cuentan con un sistema de ventilación especial, pues la mayoría de las casas anti-huracanes serían construidas en zonas tropicales. "Adaptamos unas rejillas en la parte inferior, al ras del suelo, y otras en el techo de manera que el aire circula permanentemente, enfriando la habitación", explicó Martínez. Sólo basta unir nuevas placas de acero y concreto para construir otras habitaciones. Para protegerse de las inundaciones, el IPN creó una variante de la casa anti-huracanes que sigue el mismo modelo, pero con la diferencia de que se construye sobre pilotes de varios metros de altura. Con este diseño pueden soportar las crecientes de los ríos o inundaciones prolongadas. Los prototipos incluyen construcciones de mayor tamaño que podrían funcionar como escuelas gran parte del año, y que se pueden transformar en albergues en la temporada de huracanes, que en México inicia en mayo y concluye en noviembre. De acuerdo con Federico Martínez, las autoridades mexicanas analizan la posibilidad de construir en serie las casas anti-huracanes sobre todo en las áreas consideradas de alto riesgo como las costas del Golfo de México, el Caribe y el sureste del país. Si los prototipos demuestran ser eficientes, seguros y económicamente rentables, es posible que en el futuro no sólo se construyan en México, sino también en otras partes del mundo.
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