La Intendencia de Montevideo (IMM) otorgará préstamos a los vecinos del casco del Cerro, con los que podrán, con bajos intereses, refaccionar el interior de sus viviendas y, sobre todo, las fachadas. La apuesta forma parte del Programa de Rehabilitación de Viviendas que funciona con éxito en otros cinco barrios.
Allá por mediados del siglo XIX, gran parte de los numerosos inmigrantes que llegaban a Montevideo optaron por radicarse en la falda de la elevación más alta de la ciudad, más allá de la frontera del arroyo Pantanoso. Poblada de lituanos, rusos, polacos, italianos y españoles, entre otras numerosas colectividades mayoritariamente europeas, surgió Villa Cosmópolis, un pequeño mundo dentro de Montevideo. Esa identidad fuertemente marcada perduró con los años, cuando el barrio se transformó en la Villa del Cerro o el Cerro, a secas, una zona obrera pero pujante, donde se asentaron los saladeros primero y los frigoríficos después. Los vecinos del Cerro solían trabajar en el Cerro; allí vivían y allí se abastecían. Sin embargo, los frigoríficos y otras industrias fueron cerrando, paulatinamente, sus puertas, y los habitantes de la zona debieron salir del barrio para trabajar. La calle Grecia, principal arteria comercial durante años, se fue apagando, y el casco antiguo, en el extremo sur del Cerro, perdió protagonismo a medida que otras zonas periféricas (Cerro Norte, La Paloma, Casabó) empezaron a llenarse de familias, casi todas expulsadas de otras regiones por motivos económicos. Como parte de la revitalización propuesta para las áreas centrales, la IMM decidió extender el Programa de Rehabilitación de Viviendas, que desarrolla junto a la Junta de Andalucía, al casco del Cerro. Los vecinos de la zona comprendida entre las calles Holanda, Egipto, Francia, Turquía, Suiza, J. Gurvich, Dr. M. Harretche y Cno. Cibils podrán acceder a préstamos blandos para refaccionar sus viviendas. Son 80 manzanas que poseen "las casas más viejas del Cerro, pero también las mejores", dijo el secretario de la Junta Local 17, Heber Bousses.
Deterioro
La crisis golpeó fuerte en el Cerro, no sólo desde el punto de vista cultural e identitario, sino también desde el edilicio. "En el barrio se nota el deterioro. La situación es parecida a la de Peñarol: hay muchas casas viejas, con mayoría de propietarios, que han tenido problemas para mantenerlas", dijo Mercedes Hegoburu, del Servicio de Tierras y Viviendas de la IMM. Bousses coincidió con el diagnóstico. "El deterioro es evidente", afirmó. No obstante, tras ese declive, se esconde una arquitectura valiosa y una zona que posee todos los servicios necesarios para retener a la población y evitar que emigre a otros puntos de la ciudad que no cuenten con ellos. Según Bousses, un eje central del Programa de Rehabilitación de Viviendas en el Cerro será la recuperación de las fachadas, que se subsidiarán en parte, según informó. Las obras no podrán modificar la arquitectura barrial, añadió. Además, los vecinos podrán acceder a préstamos de hasta 88.000 pesos para realizar cualquier otra reparación en el interior de sus hogares. Las Oficinas de Rehabilitación de Viviendas funcionan desde 1998, cuando el programa comenzó en el Barrio Sur. Desde entonces se extendió a Peñarol, Reus Norte, Palermo y Ciudad Vieja. El Paso Molino y la Unión serán las próximas zonas en sumarse al plan, aunque no será este año. Para acceder a los préstamos, que pueden pagarse en hasta 60 cuotas con bajos intereses, los ingresos del núcleo familiar deben situarse entre las 30 y las 100 Unidades Reajustables mensuales y es necesario estar al día con los tributos municipales. Las inscripciones se realizarán entre el 10 y el 21 de agosto, los lunes miércoles y viernes de 12.00 a 16.00 horas, en Grecia 3617 bis (ex biblioteca Javier de Viana).
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