Los inmigrantes europeos y norteamericanos.
Eligen Uruguay por su tranquilidad, seguridad, buen clima y la amabilidad de las personas. Dicen que aquí mejoraron su calidad de vida, pero no así su bolsillo.
En 10 años, se multiplicó por cinco la cantidad de norteamericanos y europeos que se vinieron a vivir al país. Valoran la tranquilidad por sobre todas las cosas. Hablan de virtudes y defectos de los uruguayos, y de vivir en un país "natural pero muy burocrático".
Uruguay es un país tranquilo, calmo, a escala humana, seguro, natural, con un clima agradable y cierto aire europeo. Sus habitantes son amables, "familieros" y educados; pero se muestran cerrados a entablar lazos profundos con los extranjeros. También es un país caro, burocrático, con escasa oferta cultural y un tanto descuidado en la limpieza de sus ciudades y espacios públicos.
Esta es la opinión de los extranjeros entrevistados por Florencia Zuasnábar Fontanelli (22) para su Memoria de Grado titulada Uruguay al mundo 1999-2009: un estudio sobre la inmigración de europeos y norteamericanos en Uruguay. Allí, esta casi licenciada en comunicación social de la Universidad Católica, desmenuza las características del fenómeno migratorio norte-sur.
"No sólo vengan a invertir, vengan a vivir a Uruguay", escribe Zuasnábar citando al presidente José Mujica. Pues bien, ¿cuántos y de dónde vinieron? ¿En qué ciudades se instalaron? ¿Cuáles son las ventajas y las desventajas de la vida sureña?
Vienen bajando. Para empezar, los datos elaborados por Zuasnábar en base a cifras de la Dirección Nacional de Migraciones indican que se quintuplicó la cantidad de europeos y norteamericanos que se radicaron en Uruguay.
En 1997, de las 1.029 residencias concedidas, 182 correspondieron a europeos y 18 a norteamericanos. Once años después, en 2008, el total de residencias creció a 3.981, de las cuales 678 fueron para ciudadanos europeos y 249 para estadounidenses. Si se discrimina por procedencia, los países que solicitaron la mayor cantidad de residencias fueron Estados Unidos, España, Francia, Italia y Alemania. Los hombres predominan por sobre las mujeres (69% contra 31% en 2006) y fue Montevideo el lugar elegido para vivir por el 66%, seguido por Maldonado (14%), Canelones (10%), Río Negro (3%) y Colonia (3%). El resto está distribuido en los demás departamentos.
Este crecimiento no responde a motivos económicos. Tampoco es que los nuevos vecinos vengan a Uruguay buscando refugio de conflictos bélicos o políticos. Lo que procuran es tranquilidad, desacelerar el ritmo de vida, sentirse más seguros, vivir más próximos a la naturaleza y menos apretados, explica Zuasnábar en base a los resultados obtenidos de las entrevistas en profundidad.
"Europa nos tenía hartos: demasiada gente, poco espacio, demasiados impuestos, mucho control", afirmó para el mencionado estudio Robert, un norteamericano que vivió en Alemania y que hoy está instalado junto a su familia en el departamento de Colonia.
Para corroborar que no se trata de una simple percepción, la investigadora aporta algunos datos significativos a propósito del entorno cotidiano de aquel norte en comparación a este sur. Así, mientras que la densidad de población en Alemania es de 230,6 habitantes por kilómetro cuadrado, en Francia es 99,5, en España 88,3, en EE.UU., 31,2, en Uruguay no llega a 20.
A su vez, Alemania cuenta 623 automóviles cada 1.000 personas, España 601, Francia 600 y Estados Unidos 820. ¿Uruguay? 176.
"Podríamos extraer la conclusión de que a mayor cantidad de autos, por cada 1.000 personas, mayor será el tráfico en esas ciudades y entonces más acelerado será el ritmo de vida de sus habitantes", señala Zuasnábar.
Como se sabe, la contaminación es una de las consecuencias directas de esa cantidad de personas y vehículos circulando. En este sentido, Uruguay también resulta un sitio tentador. Es que mientras que en Alemania se registran 19 microgramos por metro cúbico de "Partículas Suspendidas Respirables", en Uruguay hay 175. España con 32, Francia con 13, Italia con 29 y Estados Unidos con 21 son, a las claras, países donde la calidad del aire es bastante inferior. (Datos de 2006).
Ventajas. Desde la perspectiva de un ciudadano del norte, Uruguay tiene varios atributos que lo hacen un país elegible para vivir.
De todos, el más mencionado por los entrevistados para esta investigación fue "tranquilo"; en referencia a un ritmo de vida sereno, tanto de las personas como de la oferta de actividades cotidianas. "También está vinculado al tamaño del país, a `escala humana` y a la escasa cantidad de habitantes, que hace que en la ciudades no haya tanto tránsito, tanto ruido, tanta polución", señala la investigadora en su tesis.
"Natural" es la segunda virtud más mencionada, que en este caso está aplicada a su sentido literal (cantidad de verde) y a otro metafórico ("es un país que aún se conserva bastante protegido de los excesos del consumismo").
El tercer atributo fue "seguro", referido, según Zuasnábar, a la sensación de libertad que sienten los inmigrantes cuando circulan por la ciudad y a la estabilidad política.
Cierta similitud con sus países de origen explican la cuarta virtud mencionada: "europeo", que así es ilustrada por Thierry, un residente francés: "Queríamos vivir en un país con gente parecida, no quiero decir que no me guste que haya otro tipo de gente pero no quiero salir a la calle y que se vea que soy diferente, es más difícil integrarse cuando tú eres el gringo".
Este ranking de atributos uruguayos lo cierra el "buen clima": suave, con estaciones bien delimitadas y sin catástrofes climáticas.
Zuasnábar también quiso saber qué opinaban sobre la personalidad de los uruguayos y la respuesta fue contundente: "amables".
"La primera diferencia que hay con Europa es que acá la gente tiene corazón", respondió Eric. También calificaron a los locatarios de "familieros", característica que, según cuenta la investigadora, les resulta impactante.
Pero atención, no todas fueron flores. "Muchos entrevistados dicen sentir que los uruguayos son muy amables y abiertos (…) pero, al parecer, esa actitud se da en relaciones superficiales", explica la autora en el estudio. Es decir que la amabilidad se restringe cuando se trata de incluir a un extranjero en el círculo íntimo de amistades.
El testimonio de Emmanuelle, francesa que vive en Punta del Este, es elocuente en este sentido: "…me pareció muy difícil hacerse amigo con el uruguayo, todos los amigos que tenemos acá son extranjeros", dijo. Por último, el nivel educativo de la población en general es valorado como positivo por los consultados.
Desventajas. Difícilmente algún compatriota se sorprenda con la lista de características negativas que manifestaron los inmigrantes consultados. Para empezar, se quejan del costo de vida. "Uruguay es caro" o "se ha vuelto muy caro", fueron las respuestas más escuchadas.
Paralelamente, dijeron haber tenido muchas "dificultades administrativas" cuando debieron afrontar los trámites de residencia o cuando quisieron abrir una empresa. "Es algo que se recuerda con fastidio y que los hace afirmar que Uruguay es un país un tanto desorganizado", escribe Zuasnábar en el capítulo III de su tesis.
Otra desventaja de la vida en el país tiene que ver con el sector turístico y con la deficiente infraestructura encontrada en los sitios que están fuera del circuito tradicional. Dicen que faltan lugares donde alojarse, transporte, restaurantes e información.
"Por un lado se puede viajar muy fácilmente en ómnibus, pero luego que llegas a la ciudad si no tenés un auto no podés conocer nada y además no hay información para ayudarte", resumió Carole, joven francesa que se instaló aquí junto a su novio.
La escasa oferta cultural y la apariencia de las ciudades en lo que tiene que ver con la limpieza, fueron otros de los motivos de insatisfacción mencionados por los inmigrantes.
Además de las ventajas y desventajas comparativas, la investigadora quiso medir el impacto de la "experiencia" de vivir en Uruguay, en este caso vinculada con el estilo de vida que obtuvieron al mudarse.
"El 100% de los entrevistados manifestaron tener una mejor calidad de vida", resume Zuasnábar.
Ahora, esta mejoría está relacionada con las relaciones humanas más estrechas y frecuentes, el mayor grado de conocimiento interpersonal, con la mayor relación con la familia, la confianza con los demás, el hecho de tener más tiempo para uno mismo, con que hay menos tránsito, más espacio, menos estrés, y más contacto con la naturaleza.
Pero cuando se trata de evaluar el nivel desde el punto de vista económico, es otro el cantar. Con excepción de algunos inmigrantes jubilados, los extranjeros no tienen aquí un mejor nivel de vida. Los datos que proporciona Zuasnábar cuando analiza el indicador de riqueza de un país (Producto Bruto Interno) corroboran este indiscutible contraste: en 2009, el PBI per capita de Uruguay fue de US$ 9.420, en Estados Unidos US$ 45.989, en Francia US$ 41.051, en Alemania US$ 40.670 y en España US$ 31.774.
Este aspecto contradictorio sobre la calidad de vida que se puede alcanzar en Uruguay hace que la gran mayoría de los entrevistados no estén seguros de que éste sea su destino final.
"Solo pocos jubilados pudieron asegurarlo, mientras que el resto, si bien se encuentra sumamente atraído por la vida en Uruguay, dicen querer vivir experiencias en otros destinos antes de decidirlo", cuenta Zuasnábar.
Todos los inmigrantes entrevistados tienen antecedentes migratorios previos (ya vivieron fuera de su país) y ninguno dijo estar relacionado con los inmigrantes europeos llegados a Uruguay en los siglos XIX y XX.
La investigadora no pudo corroborar todas las hipótesis con las que comenzó a trabajar en marzo de 2010. Una de las barreras que encontró fue la ausencia y/o el desorden de la información estadística disponible, problema con el que debe lidiar cualquiera que quiera investigar en Uruguay. En este caso, por tratarse de un fenómeno nuevo, la tarea fue aún más compleja.
No obstante, Zuasnábar consiguió acercarse a un tema muy comentado y poco estudiado. "Esta expedición ha pretendido marcar una senda y encender una luz para que nuevos exploradores se lancen a recorrerla", escribe en sus conclusiones. Así es, la mesa está servida.
"La primera diferencia con Europa es que acá la gente tiene corazón", dijo Eric, un inmigrante francés de 43 años entrevistado.
La mayoría son menores de 14 y jubilados
Buena parte de los nuevos vecinos llegan a Uruguay en "familia". Eso lo dedujo la investigadora Florencia Zuasnábar al observar que el 38% de los inmigrantes europeos y norteamericanos son menores de 14 años. Es más, el 23% son menores de cinco años.
El dato fue elaborado a partir de la Encuesta Continua de Hogares (INE, 2008), donde aparece una pregunta sobre el país de origen del encuestado. (La investigadora aclara que esa pregunta fue quitada del cuestionario en 2009, por lo que pudo analizar la muestra correspondiente al período 1998-2008).
Esta inmigración familiar se respalda con otro dato allí obtenido: el 12% de los inmigrantes tiene entre 25 y 34 años. "Precisamente las franjas etáreas en edad reproductiva o con hijos aún menores", explica Zuasnábar.
El segundo grupo más numeroso es el de los mayores de 65 años, que representan al 18% del total de los inmigrantes: "aspecto que confirma la relevancia de la migración gris", arguye la autora. Así se le llama a las personas retiradas del mercado laboral.
El resto se divide así: de 35 a 44 años (7%), 45 a 54 años (9%) y 55 a 64 años (6%).
La información sobre la Situación Ocupacional de los inmigrantes, extraída de la ECH, indicaba que el 26% integraba la categoría "ocupado" al momento de la consulta, el 35% estaba "inactivo", el 2% "desocupado" y el 38% era menor de 14 años.
Entre los "ocupados", el 43% integra la categoría "asalariado privado", el 9% es "asalariado público", el 29% trabaja por "cuenta propia con local o inversión", el 13% es "patrón", el 3% también se gana la vida por "cuenta propia" pero "sin local o inversión" y el restante 2% integra la categoría "miembro del hogar no remunerado".
Si se observa por sexo, los hombres ocupados representan al doble que las mujeres: "Posiblemente debido a que en general los hombres ya vienen con contratos de trabajo o proyectos de inversión previos y las mujeres, a quienes les cuesta más conseguir trabajo en nuestro país, realizan, al menos durante los primeros años, los quehaceres del hogar o se encargan del cuidado de los hijos", señala Zuasnabar.
La categoría "inactividad", explica, está conformada principalmente por jubilados (36%), personas que realizan los quehaceres del hogar (21%), estudiantes (20%) , pensionistas (15%) y rentistas (7%).
"Uruguay es un buen país para criar niños"
"¿Qué les muestro a mis hijos sobre la vida, qué les debo enseñar? ¿Qué sigan en este sistema para ser los mejores alumnos de universidades exclusivas para luego trabajar para comprarse un Mercedes? Aquí hay otros valores". (Bárbara, alemana radicada en Colonia).
"En el mapa parecía más chiquito que Francia pero en el lugar parece enorme porque como no hay mucha gente, en la playa no hay nadie, no hay nadie en la ruta, ves el cielo todo el tiempo. Me dio una sensación de poder respirar, de tener aire". (Florence, francesa).
"Pienso que podemos vivir mejor acá que en Francia porque los precios de los servicios son más baratos. Por ejemplo, pagar a una empleada allá es muy caro y acá podemos tener una. De todos modos los precios en Uruguay, y especialmente en Punta del Este, han subido enormemente. Entonces ahora estoy mucho menos rico que cuando vine". (Jubilado, vive en Punta del Este).
"Hace un año que estamos acá y todavía tengo que ir cada mes a migraciones porque siempre falta un papel, porque siempre cambian lo que te piden, porque llegás con el papel y te dicen: `no, ahora necesitamos otra cosa`". (Emmanuelle).
"Por algo se dice que la de Uruguay es la mejor educación que hay en la región. Hay una actitud increíble acá y eso ayuda muchísimo porque tu puedes enseñar muchas cosas pero no puedes enseñar actitud, eso viene de la educación que recibes" (Sebastien, francés).
"Uruguay es un buen lugar para criar niños...la calidad de la comida aquí es muy buena, el agua es limpia y las verduras están frescas, eso es fundamental para vivir con niños". (Sylvie, francesa).
Las cifras
5
Fueron las veces que se multiplicó la cantidad de residencias otorgadas a europeos y norteamericanos entre 1997 y 2008.
678
Fueron los europeos que pidie ron residencia en 2008, mientras que los estadounidenses fueron 182. En 1997 fueron 182 y 18.
19,8
Es la cantidad de habitantes por kilómetro cuadrado en Uruguay. En Alemania es de 230,6, EE.UU., 31,2, España 88,3 y Francia 99,5.
9.420
Dólares era el PBI per cápita de Uruguay en 2009. En Alemania fue de US$ 40.670, EE.UU. 45,989, Francia 41,051 y España 31,774.
viernes, 11 de marzo de 2011
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