Más de la mitad tiene roturas que no puede pagar.
El acceso a la vivienda entre los adultos mayores no constituye, según concluye el informe, un problema "demasiado extendido" porque es un aspecto que se resuelve, en general, antes de llegar a la vejez.
En cambio, sí son notorias las dificultades de mantenimiento y conservación de los edificios que tienen los adultos mayores por falta de recursos económicos o por incapacidad física.
Tres de cada cuatro jefes de hogar de 65 años y más son propietarios de la vivienda en la que viven. Menos de la mitad accedió a la misma con recursos propios, un 15,7% la obtuvo a través de una herencia y el 9,3% lo hizo mediante un programa público. En tanto, el 4,9% compró su vivienda a través del BHU, según datos que presenta el estudio en base a información del Instituto Nacional de Estadística.
Tres de cada cuatro viviendas uruguayas (74,4%) son de buena calidad, un 12,4% son de calidad mediana, un 12,8% modesta y menos del 1% podrían considerarse viviendas de calidad "precaria".
Del total de viviendas ocupadas por hogares con jefe de 65 y más años, un 42,3% no presenta problemas de conservación, en tanto, casi uno de cada tres (31,1%) tiene dificultades moderadas (humedad o goteras en techos, caída de revoque, cielorrasos desprendidos o humedad en los cimientos) y uno de cada cinco (22,4%) problemas graves, es decir, presenta muros agrietados, se inunda cuando llueve o tiene peligro de derrumbe.
Además, el 10% de los hogares con jefe de 65 y más años ubicados en localidades pequeñas del interior del país y el 40,6% en las zonas rurales, no tienen acceso al agua dentro de la vivienda (estos porcentajes se ubican en 5,5% y 1,1% en las localidades urbanas mayores y en Montevideo respectivamente). El acceso al saneamiento y a la energía eléctrica se encuentra igualmente segmentado.
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